Ustedes perdonarán que he roto con lo cotidiano de este blog, pero he estado ocupado escribiendo un par de cuentos para un concurso y han absorbido mi tiempo. Los pondría aquí, pero mejor me espero a saber si gané o no. Les dejo otra cosa que escribí hace un mes, leyendo a Vargas Llosa. Mis disculpas a los que ya conocen el texto.
Todos nos soltamos en carcajadas. Hasta Jorge, que se quedó parado. El profesor Rangel se quedo callado un rato, probablemente tratando de asimilar la situación. A mí ya me dolía el abdomen de la risa y por exagerar la sensación rompí mi lápiz; levanté la mirada y vi al resto del salón, como ellos también se morían de la risa. Seguramente la mayoría ya había olvidado la gracia y reía en falso simplemente por no romper con la acción del grupo, era la primera vez que actuábamos todos en son de desmadre. Me emocione porque parecía como si fuéramos imparables, ¡ni el mismo director podría callarnos!. Entre las risas Jorge, dando lo sucedido por terminado, comenzó a sentarse, pero con un grito no solo lo irrumpieron sino que terminaron las risas.
-¿Que crees que haces maldito mocoso?- era la reacción del profesor Rangel, algo tarde.- Me las vas a pagar, ¡vamos ahora mismo a la dirección!
-No profesor, a la dirección no, si fue sin querer- esa fue la tímida respuesta de Jorge.
-¿Sin querer?, ¡Sin querer!, órale, no sea desgraciado y cobarde, ven conmigo ahora mismo- tomándolo del uniforme, el profesor comenzó a jalar a Jorge hacia la puerta, pero antes de salir nos miró a todos.- Y más vale que ustedes no hagan nada mientras no estoy porque sino les va a ir peor.
No fue hasta que los vimos a mitad del patio que alguien volvió a hablar: ya nos cargó las chingada. Con este comentario todos nos pusimos a opinar, unos más fuerte que otros. Yo solo podía distinguir las voces de los muchachos que tenía cerca. ‘Se pasó de lanza ¿Qué pensaba que le iban a hacer?’ ‘¿Por qué nos va a castigar a nosotros?, yo ni me reí.’ ‘ Es lo más cagado que he visto, valió la pena’. Los murmullos continuaron así, cada quien dando su opinión. Unos hasta se levantaron para recrear el suceso. Un gran debate a gritos iba a comenzar entre los que decían que le echáramos la culpa a Jorge y los que creían que todo el grupo debería apoyarlo pero se alzó el grito de ‘¡Hay viene!’ y todos nos callamos y nos sentamos, siguiendo al profesor que venía con un paso acelerado y con la mirada al piso, pero al llegar al salón se freno y camino lentamente hacia su escritorio y se sentó en él. Mirándose las uñas nos dijo:
-Probablemente expulsen a su compañero, y es posible que todos ustedes se lleven reporte
El murmullo regresó, ésta vez en desacuerdo, en insultos y en un par de disculpas. Yo no hablé, pero estaba entre los que se disculpaban. Los reportes tenían que ser firmados por los padres y yo no tenía el valor de llegar a mi casa con uno en la mano, mis padres me regañarían por horas y me castigarían todos mis juguetes. El maestro nos volvió a silenciar con su voz.
-Gritar no les va a ayudar en nada. Un poco de disciplina no les … - la campana lo interrumpió-. Salgan a su recreo. Disfrútenlo. Para cuando regresen ya tendré su castigo listo.
Una vez afuera cada quién se reunió entre amigos para discutir la situación. Yo fui con Sebastián y José Carlos. Yo y Sebastián comenzamos a platicar, pero José Carlos solo nos pidió que lo acompañáramos a la tiendita.
-Nos va a salir caro el chistecito de Jorge- me dijo Sebastián, algo indignado-. De haber sabido que nos iba a ir así yo mismo lo hubiera sentado.
-Tu también te reíste- fue mi respuesta.
-Chale, está hasta la madre la cola. Vamos.
-¿Qué tiene que yo también me haya reído? Fue lo más cagado que he visto; aún así, prefiero andar de serio a que me pongan un reporte. ¿Sabes como me van a poner si llegó a mi casa con un reporte?
-A mi también me pondrían en la madre con un reporte, pero yo creo que se compensa con haber visto a todo el salón unido y al Rangel poner cara de bobo.
-No digas mamadas.
José Carlos nos irrumpió con una idea algo morbosa: Hay que asomarnos a la dirección, a ver que le hicieron a Jorge. Nos pareció una excelente idea y nos dirigimos de inmediato. No éramos los únicos ahí, habían bastantes compañeros vagorosos con el mismo propósito de poder ver al castigado. Le pregunté al más cercano si se lograba ver adentro, me dijo que si me paraba alado de la columna vería entre las cortinas a Jorge sentado. Tuve que esperar mi turno. Una vez que me asome vi a jorge sentado en un sillón. Portaba una cara sombría y seria, la regañada ya había acabado, probablemente esperaba a que viniera uno de sus padres o que terminara el recreo.
Sebastián se asomó después de mi, al ver a Jorge me dijo: tiene cara de que se la metieron toda. No lo negué. Yo quería asomarme de nuevo pero José Carlos empezó a decir que estaba aburrido y que nos fuéramos antes de que nos viera un profesor.
4 comentarios:
tssss
me gusta la forma en la que esta narrado,sobretodo creo que la descripcion que haces del momento en que el narrador esta inmerso en la carcajada colectiva es muy efectiva.
Lo que si es que si vas a tener un personaje que se llame sebastian tiene que ser mucho mucho mucho mas chingoon
Soy de los afortunados que ya lo conocían ja, que barbero, muy chido, me hace recordar cabronsisimo mi inflancia. Por otro lado tengo un problema, no se si me late la apertura que dejas para que el lector imagine mucho el resto de la historia, o solo me molesta la curiosidad que se queda ahí y uno nunca sabe realmente que cosas pasan. Pero sigo siendo fan.
Hola. Me gusto mucho tu cuento.
Aquí unas observaciones:
1. En la parte de "dando lo sucedido por terminado", Cuando algo ha "sucedido" es que ya ha terminado. Creo que quedaría mejor como: "dando el suceso por terminado"
2. El lenguaje del personaje no coincide con "castigarían todos mis juguetes". O es un niño y habla como tal o no lo es. Con el lenguaje utilizado sería mejor decir algo como: "me iban a castigar." Así a secas.
3. En la parte de "pero José Carlos solo nos pidió que lo" el "solo" lleva acento: sólo.
Saludos, buen cuento.
FGCM
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