Tengo media hora para escribir algo, ¡Go!:
El sol se reventaba y el sol se acometía y Venancio vio a la mujer que iba a amar por el resto de su vida. Ella no lo amaría tan pronto con él la amó sino hasta el día que se dio cuenta lo importante que es tener a alguien. A él no le importo, era un hombre paciente. La primera vez que le dijo que la amaba fue el dia en que la vió, y desde ese momento en adelante dejaria todos los dias, por siete años, pequeñas figuras de papel sobre el barandal de Inés. Dentro de las figuras siempre le escribia un mensaje con una obscura tinta azul. El primero fue un simple ‘te amo’, con el paso del tiempo los mensajes evolucionaron a cosas que él consideraba como versos de poesia, líneas como ‘te encuentro en las estrellas’ o ‘tu aroma me envuelve’. Ella se daba el lujo de tomarlos o ingnorarlos. A veces se los llevaba el viento, a veces la lluvia; a veces las sirvientas los tiraban o se los llebavan. Lo único consistente era que Venancio los dejara ahí una hora antes del almuerzo. Unos dias las figuras eran simples estrellas o cubos, otros dias eran garzas o girasoles. Los colores tambien variaban: rosa, verde, amarillo, azul; sea cual sea el color siempre me parecio el correcto para ese dia, y como un punto brillante las figuras de papel terminaron convirtiendose en un acento para la casa Figeroa.
Al principio los padres de Ines estaban preocupados, no sabian si el muchacho representaba aalgún tipo de amenaza para su hija. Con el tiempo la madre encontro algo más interesante con que distraerse. El padre tardó más, ya que después de inspeccionar una de las figuras, una casa en este caso, vio que el papel y la tinta eran de buena calidad. Le parecio como el principio del camino que llevaria al fin de las figuritas en el barandal de su casa. Comenzó tratando de descubrir quién era el que proporcionaba los materiales al creador; no recibio un nombre pero si los precios del papel y la tinta, inevitablemente su mente hizo el calculo del costo de comprar los materiales cotidianamente durante una semana, y tomando en cuenta que habia pasado alrededor de siete semanas, le parecio un buen negocio y deseo ser él el que proporcionaba los materiales. Continuo haciendo unas pequeñas investigaciones pero después de un tiempo sin respuestas perdió interés y, como la mayoria de la gente, dejó de darle importancia a las figuras.
Una vez, entre el tercer y cuarto año, un reportero de la capital escribió un articulo sobre las figuras diciendo que un hombre llevaba años haciendo ‘figuras de papel con poesia’. Ni Ines ni Venancio comentaron, pero si mucha gente que no podia hacer más que aportar su probre opinión. Una vez publicado el articulo pasó desapercibido.
Durante tantos años lo único que no pude descifrar era ¿Qué hacía Benancio cuando, al dejar una figura, la encontraba el dia siguiante, intacta? Seguro le pasó más de una vez. ¿las tiraba, las guardaba, las reciclaba? ¿No se sentía frustrado o insultado al verlos sin tocar? Simplemente no cedía
3 comentarios:
Me suena chistoso eso de “tan pronto con él la amo”…y es Venancio o Venancio?… chale que molesto, pero bueno, esta raro que tu escribas algo así, como medio cursi, aunque sigue siendo tu toque funesto y bien de descifrar lo que hay dentro de la cabeza de tus personajes. Es curioso como se enamora alguien, y como amamos a alguien, lo triste es cuando no es reciproco, normalmente esto sentimientos nos hacen hacer cosas muy diferentes y si lo sabes distinguir, son muy sutilmente muy diferentes (aunque suene irónico). Que no se frustre Venancio, así pasa en la vida. O en la ficción.
Forrester: eres ducho en el arte de pensar con los dedos. En serio.
1.[esta rebuena la frase de asimov]
2. 2556 figuras, esa inés debe estar re-bien
3. con tanta figurita podrían hacer un museo y cobrar las entradas, así, el trabajo de 7 años rinde sus frutos incluso después de haber sido utilizados para su función inicial.
4. se me ocurren muchas idioteces más, pero ya mejor ahí le paro, creo que na'mas estoy arruinando tu post.
me gustó.
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