jueves, 21 de febrero de 2008

riding the bus

(ayer) Descubrí que soy más productivo al no escuchar música en el micro. Hoy tuve dos clases con horarios separados lo que significa que hice dos viajes de ida y dos de regreso. Alrededor de una hora en el microbus. Ese tiempo lo pasé leyendo o escribiendo. Pensaba que me era posible hacer cualquiera de esas dos tareas escuchando música pero el resultado siempre había sido pobre, nada comparado con hoy.
De todas formas me toca escuchar a Cher preguntarme si creo en el amor después del amor, noticias, una Kumbia Zabroza o un locutor leyendo la colección completa de frases estilo 'lo importante es el amor, no el dinero'. Por suerte la mayoría de los microbuses no tienen el 'coapa upgrade' en su sistema de sonido y lo que sale de las bocinas se mezcla con el motor, la vibración de las ventanas y la plática de pasajeros para formar ruido puro. Además, no me interesa el sonido que rebota dentro del micro, lo cual no pasa cuando escucho algo que yo escogí (el rap es con lo que más me concentro ya que lo que me gusta es oír las historias). Regresaré a escuchar música cuando suba la temperatura y el calor no permita una buena lectura.

5 comentarios:

Anónimo dijo...

JAjajajaja,buena descripción de nuestro mas moderno transporte.

Anónimo dijo...

Como siempre, tus textos concisos, claros y literariamente perfectos.

the lines on my face dijo...

jajaja, entonces disfruta los peseros microbuseros ;) yo neta que me divierto un chorronal en ellos... saludos

Anónimo dijo...

Amo como para subir al bus hay que estar corriendo tras de ellos hasta que quieren detenerse.

Andrés dijo...

mientras más interesante y agradable (osease que te guste) sea para ti lo que escuches, te vas a concentrar en eso y no en lo que estas leyendo, a menos de que tenga el mismo ritmo que tu lectura y este en algun idioma que no conozcas

 
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