Me apena decir que llevo ya un año sin leer algo de Alan Moore, es más, me dobleapena. Ese error mío no quiere decir que mi amor y admiración hacia él haya disminuido de alguna manera. La importancia de Alan Moore, para mí, es que, en una época en la que la meta de todo creador de cómics (o novelas gráficas, etc) es que algún día una productora de Hollywood les ofrezca un contrato por su material. El resultado es una gran cantidad de trabajos que aparentan ser detallados storyboards. Se podría decir que la actitud de Alan Moore ante las adaptaciónes cinematográficas es reaccionaria. No se puede decir que es exagerada. Cuando se leen una de sus obras lo que se se descubre es una obra de arte: todos los recursos del cómic son llevados al límite. La fusión entre el lenguaje de palabras y el de las imágenes. Lo que Alan Moore hace en cada uno de sus cómics (con la ayuda de un artista respectivo) es algo que no se puede hacer en ningún otro medio. Una meta para cualquier artista. Y que todo gran artista alcanza.
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