martes, 8 de mayo de 2012

por ahora


Me agrada que por las mañanas el metro parisino es silencioso. Nadie habla y se esfuerzan por no hacer ruido. Si pueden evitar el Pardon o el Excusez-moi para salir del vagón, lo harán. Es un buen lugar para leer. Tengo que despertarme más temprano para llegar al asiento antes que todos los oficinistas y para tener tiempo de subir y bajar la línea un par de veces y así poder leer con comoidad. La verdad es que no es mucho lo que tengo que viajar. Cinco estaciones, luego transbordar y tres estaciones más. Necesito más estaciones para entrar en ritmo con la lectura de un texto.
En otro día, sentado, esperando el vagón, vi un sourisito que se movía buscando comida y tomando agua. Me pareció frágil y discreto en comparación con las ratas que cruzan la plaza de Coyoacán a medio día. La presencia del roedor no me causo asco inmediato. Sin duda se debe a que lo miraba con cierta distancia de por medio y él o ella se encontraba en un espacio público subterráneo y no en mi cocina o entre mi ropa. Puede ser también que en esta no me he topado con otra fauna que las aves. En mi cuarto en México aparecen, dentro o sobre la ventana, insectos. Aquí no he visto insectos, ninguna araña que se siente sobre la esquina de la pared. Me imagino que, para variar, me falta información. Algo en el entorno, como el clima, lo explicaría con facilidad. Igual, era un ratoncito como de cuerda.


En festejo de tener a George R. R. Martin dando vueltas en mi cabeza con la tenacidad de uno de sus ravens mensajeros, le dedico estas palabras de J.L.Borges:

Un hombre se propone la tarea de dibujar el mundo. A lo largo de los años puebla un espacio con imágenes de provincias, de reinos, de montañas, de bahías, de naves, de islas, de peces, de habitaciones, de instrumentos, de astros, de caballos y de personas. Poco antes de morir, descubre que ese paciente laberinto de líneas traza la imagen de su cara.
El Hacedor, p. 129, ed Alianza.

Queriendo forzar más puentes entre el escritor de fantasía y escritores de fantasía pongo unas palabritas de J.Cortázar y otro video relacionado con G.R.R. Martin. No tienen que ver todo el video, con que escuchen la respuesta que comienza a responder en el minuto 11:55. También el orden no altera el resultado. O al revés.

Hace muchos años, en Buenos Aires, Ana María Barrenechea me reprochó amistosamente un exceso en el uso de la primera persona, creo que con referencia a los relatos de Las armas secretas, aunque quizá se trataba de los de Final del juego. Cuando le señalé que había varios en tercera persona, insistió en que no era así y tuve que probárselo libro en mano. Llegamos a la hipótesis de que quizá la tercera actuaba como una primera persona disfrazada, y que por eso la memoria tendia a homogenizar monótonamente la serie de relatos del libro.
Último Round, vol. I, p. 64, ed Siglo Veintiuno.

1 comentario:

NIgel with the cheese dijo...

La memoria, es cierto, homogeniza monotonamente todo lo vivido.

 
Creative Commons License
No uso acentos por flojo blog is licensed under a Creative Commons Reconocimiento-No comercial 2.5 México License.