Me agrada que por las mañanas
el metro parisino es silencioso. Nadie habla y se esfuerzan por no
hacer ruido. Si pueden evitar el Pardon
o el Excusez-moi
para salir del vagón, lo harán. Es un buen lugar para leer. Tengo
que despertarme más temprano para llegar al asiento antes que todos
los oficinistas y para tener tiempo de subir y bajar la línea un par
de veces y así poder leer con comoidad. La verdad es que no es mucho
lo que tengo que viajar. Cinco estaciones, luego transbordar y tres
estaciones más. Necesito más estaciones para entrar en ritmo con la
lectura de un texto.
En otro día,
sentado, esperando el vagón, vi un sourisito que se movía buscando
comida y tomando agua. Me pareció frágil y discreto en comparación
con las ratas que cruzan la plaza de Coyoacán a medio día. La
presencia del roedor no me causo asco inmediato. Sin duda se debe a
que lo miraba con cierta distancia de por medio y él o ella se
encontraba en un espacio público subterráneo y no en mi cocina o
entre mi ropa. Puede ser también que en esta no me he topado con
otra fauna que las aves. En mi cuarto en México aparecen, dentro o
sobre la ventana, insectos. Aquí no he visto insectos, ninguna araña
que se siente sobre la esquina de la pared. Me imagino que, para
variar, me falta información. Algo en el entorno, como el clima, lo
explicaría con facilidad. Igual, era un ratoncito como de cuerda.
En festejo de tener a
George R. R. Martin dando vueltas en mi cabeza con la tenacidad de
uno de sus ravens mensajeros, le dedico estas palabras de J.L.Borges:
Un hombre se propone la
tarea de dibujar el mundo. A lo largo de los años puebla un espacio
con imágenes de provincias, de reinos, de montañas, de bahías, de
naves, de islas, de peces, de habitaciones, de instrumentos, de
astros, de caballos y de personas. Poco antes de morir, descubre que
ese paciente laberinto de líneas traza la imagen de su cara.
El Hacedor, p. 129, ed
Alianza.
Queriendo forzar más
puentes entre el escritor de fantasía y escritores de fantasía
pongo unas palabritas de J.Cortázar y otro video relacionado con
G.R.R. Martin. No tienen que ver todo el video, con que escuchen la
respuesta que comienza a responder en el minuto 11:55. También el
orden no altera el resultado. O al revés.
Hace muchos años, en
Buenos Aires, Ana María Barrenechea me reprochó amistosamente un
exceso en el uso de la primera persona, creo que con referencia a los
relatos de Las armas secretas, aunque quizá se trataba de los de
Final del juego. Cuando le señalé que había varios en tercera
persona, insistió en que no era así y tuve que probárselo libro en
mano. Llegamos a la hipótesis de que quizá la tercera actuaba como
una primera persona disfrazada, y que por eso la memoria tendia a
homogenizar monótonamente la serie de relatos del libro.
Último Round, vol. I, p.
64, ed Siglo Veintiuno.
1 comentario:
La memoria, es cierto, homogeniza monotonamente todo lo vivido.
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