lunes, 23 de abril de 2012
Sin duda el París de hoy es uno turístico. Por lo tanto tiene algo de estático, de inmutable. Y sin duda no se puede vivir con poco dinero. No importa. Es cosa de perspectiva y, como decía el diablo, la mente es su propio lugar. No se puede ignorar la relación entre el tiempo y el espacio pero cómo no jugar con las leyes del universo mientras duermo en la ciudad que vio el nacimiento (o, mejor dicho, el descubrimiento) de los cronopios. Por eso les aviso que estoy en varias ciudades y todas se llaman París. No hay problema con el cuál, y el cuándo no tiene respuesta definitiva.
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